
Narciso Isa Conde y su esposa Lourdes Contreras, (Lulú), por ejemplo, tienen toda su vida luchando del mismo lado, con los mismos ideales.
Fuente: Ciudadoriental.org
Por Robert Vargas
Definitivamente, la mayoría de estos izquierdistas no bailan "bien" según el concepto tradicional de los bailadores de merengues, que hacen gala de sus pasos cadenciosos. Sin embargo, bailan como pueden y disfrutan del momento.
A mi me resulta fascinante ver alegres, bailando, riendo y cantando a estos hombres y estas mujeres que arriesgan lo más preciado que tienen en defensa de sus ideales: su vida.
Todos saben que cualquier día pueden ser objeto de la más feróz persecución por los cuerpos represivos, que no dudarían en asesinarles.
Por eso viven cada instante de su vida como si se tratara del último.
Narciso Isa Conde y su esposa Lourdes Contreras, (Lulú), por ejemplo, tienen toda su vida luchando del mismo lado, con los mismos ideales.
Los mismos que tenía desde aquellos tiempos en que eran unos jovencitos.
Desde antes de que Estados Unidos los declara sus enemigos en ocasión de la Guerra de Abril de 1965.
Incluso, desde aquellos tiempos en que Narso salió de República Dominicana hacia el extranjero disfrazado de sacerdote.
El Secre, como le dicen sus amigos más cercanos a Narciso, (el mismo Narso), nunca pierde la oportunidad de tomar de la mano a Lulú para bailar un buen merengue.
Los dos han desarrollado una química que los lleva a entenderse a la perfección, no solo en las luchas políticas y sociales, sino también en la pista de baile.
Ella, siempre sonriente, bella y elegante, se deja llevar por el Secre, que la conduce por toda la pista.
Ya todos conocen de que los dos bailan así y, por eso, instintivamente le dejan espacio suficiente.
Son un espectáculo.
¡Quién diria que ese es Narciso!
El mismo viejo revolucionario que, mientras más viejo, más radical.
Esta faceta de bailador del Secre es muy poco conocida fuera de circulo de cercano de los amigos de la familia.
Narciso y Lulú son profundamente cariñosos.
Intensamente humanos.
Apasionadamente alegres y solidarios.
Arrebatadoramente sociales.